Una vieja leyenda turca, cuenta como en Capadocia convivian sin problemas humanos y hadas. Pero, como suele suceder en estos casos, un hombre y un hada se enamoraron, lo que estaba totalmente prohibido por ambos pueblos bajo pena de muerte. Sin embargo, la reina de las hadas recapacitó y perdonó a los amantes, pero para evitar que volviera a ocurrir hizo que todas las hadas se convirtieran en palomas. A partir de entonces, los humanos que habitan allí cuidan a las palomas que viven en las llamadas chimeneas de las hadas, constituidas por estructuras de toba volcanica que pululan por éste singular reino de fantasía.
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