Detrás de una
casa vieja que languidece hay una historia que se desmonta;
Es triste una
puerta cerrada, una ventana que ya no se abre, una acera vacía.
De pequeño ese
mundo, mi mundo, giraba en la calle, donde las tertulias, los cuentos y los
juegos copaban unos
momentos inolvidables.
Pequeñas
historias cotidianas contadas por sabios mayores que nos hacían imaginar
lugares lejanos y enigmáticos.
José, Sandalio,
el tío Gabriel, Domingo, Justa, el tío Niscasio y Pilar, Pedro Juan...,
todos ellos se fueron y seguro que nos perdimos un conocimiento que ya no
tenderemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
por favor deja tu comentario, se agradece