La Ciudad Vieja es, sin lugar a dudas, la zona más pintoresca de Praga. Desde la Torre de la Pólvora,callejuelas sinuosas sorprenden con sus casas coloridas de estilos de lo más variados y marcan el recorrido que seguían los monarcas, la Ruta Real, en el momento de la coronación.
El rey continuaba por la calle karlova para alcanzar el Puente Carlos y seguir su camino al castillo, pero aunque siguiendo sus pasos cuesta muy poco soñar y sentirse un príncipe o una reina de aquellos tiempos fantásticos, vale la pena salirse del itinerario; hay muchos pasajes y pequeñas callecitas que guardan verdaderos tesoros.
Y muy buena cerveza...
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