viernes, 21 de enero de 2011

Torvizcón, la ciudad favorita del sol.

Acostado sobre el lecho de una montaña, Torvizcón se despereza cada mañana fiel a sus tradiciones y a la incertidumbre de los días venideros.
Las risas de los niños alientan la esperanza en un mundo rural en trance con su supervivencia.
De día , el itinerario Pedro Antonio de Alarcón, nos recuerda que Torvizcón es la “ciudad favorita del sol”.
De noche, sus fabulosas lumbres pregonan el inicio de su fiesta grande, San Antonio Abad, patrón de esta tierra. Barrios, rincones y plazas vomitan hogueras, donde enormes fuegos fatuos devoran a los malos augurios.
Una estirpe de mayores se congratula de su trabajo, de su tesón , de su vino, de su cultura, de su modo de vida. Gente que con sus manos y su sudor esculpen a diario una forma de entender y valorar lo que tienen.
Encontramos entre callejuelas empinadas, un museo del esparto donde se amontonan los recuerdos, la obra de un maestro y de un oficio casi extinguido.
Aquí hay una casa de comidas donde se come como en casa, donde se habla, donde se escucha, donde se saborea la esencia de un pueblo.
Gente hospitalaria, con un alcalde motivado, capaz y resuelto. Buenos ingredientes.
Me marcho por donde vine, no sin antes mirar hacia atrás y tragar la desazón de la nostalgia.
Concluyo, Torvizcon es un pueblo con alma.
El callejón de los gatos siempre estará en mi memoria…





































*foto de Andrea en el callejón de los gatos






la rambla

martes, 4 de enero de 2011

LA DONCELLA DE LA EQUIDAD



Ignorancia ignorada por el que ciego mira,
y no ve más allá de la aquejumbrada vida.
Sin esperarla, hacia mi viene.
Hija de la noche, gélida dama de la triada del hado.
Oscuras fatalidades se avienen hacia los hombres;
-Eres Tánatos, acaso Átropos, dispuesta a el hilo cortar
con plateadas tijeras? ,
o nos aguardan las keres y su violenta muerte?-
-Yo soy muchas y una sola al mismo tiempo,
temida por dioses y mortales, escapar de mí no podrán,
y allí donde se ocultaren el filo de mi guadaña en sus pupilas brillará_.
Arrebataste almas a nacidos y no nacidos,
vidas plenas y otras que apenas apuntan.
En el albor de los tiempos venerada tu imagen fue,
jugadores osados,
quisieron a un juego jugar,
mas perdida ya la partida estaba,
siglos antes de empezar.

Ay de aquellos que te temen! e implorando
se arrodillan;
no saben que como hada dulce,
sus sufrimientos evitas,
y por fin iguales todos,
ante tus pies hermanados.

Disipad pues, vuestros temores,
para los ojos cerrar,
que en su manto nos acoge
la doncella de la equidad.

Poesía gentileza de mi amiga Zinadia.