La miseria y la pobreza en la se han visto relegados gran parte de los indígenes que viven en Guatemala, contrasta con su buen hacer, su arte y su idiosincracia que los hace diferentes. Esta fotografía tomada en Santiago de Atitlan, en Guatemala, refleja un modo de vida, rico en conocimientos, pero pobre en recursos, que sobrevive gracias a la enorme voluntad de estas gentes por superar esta inercia.
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