
Vivimos sumidos en un mundo que preconiza lo inmediato; somos autómatas de la prisa y el estrés es algo cotidiano en nuestras vidas. Alimentamos la maquinaria para un progreso rápido del que formamos su propio engranaje. En Essauira-Marruecos- donde el tiempo se despereza de este desconcierto, un reflexivo paseo nos permite por un instante ser dueños de nuestro propio destino y conocer a esos polifacéticos profetas de la nostalgia que andan sin prisa, pero que han dado forma a su vida sin pausa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
por favor deja tu comentario, se agradece