lunes, 12 de mayo de 2008

ARLEQUINES UFANOS


En su lucha por comer sin ser comidas, lo que seguramente sea el motor básico de todo animal, las avispas han adoptado la estrategia del disfraz coloreado: su cuerpo presenta una serie de manchas negras y amarillas cuya función es advertir a los depredadores del peligro que corren si las atrapan. Aunque también se alimentan de néctar como las abejas, estos aculeados insectos son unos despiadados depredadores que incluyen en su dieta el componente animal.

La imagen aportada está hecha en Castril de la Peña, en el bonito jardín que circunda la Iglesia Parroquial, donde una avispa en pleno vuelo se mimetiza muy bien con el ambiente que la rodea.

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