Resulta curioso que la palabra popular con la que se denomina a este simpático bichito haya acabado siendo sinónimo de ‘afeminado’ o ‘poco varonil’, cuando se trata de unos de los depredadores más implacables del reino animal. Este fotogénico animal que siempre inspira simpatias en pequeños y mayores, es uno de los insectos más beneficiosos que tenemos. Durante el invierno se aletarga y en primavera se recobra y empieza a alimentarse con su dieta favorita, los áfidos, pequeños insectos muy perjudiciales para las cosechas (una sola mariquita puede llegar a devorar más de 5.000 pulgones durante toda su vida).
Esta imagen ha sido captada en los valles perdidos del parque natural de las batuecas, (Salamanca) un lugar tremendamente agreste que conserva una rica arquitectura popular
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