sábado, 10 de mayo de 2008

ERUDITO DEL SUEÑO


Descansar un rato después de comer es una costumbre antigua. La procedencia etimológica de la palabra "siesta" y del verbo "sestear" está en la llamada por los romanos "hora sexta", en torno a las 14,00 y 16,00 horas. Tradicionalmente la siesta se practica entre ese período de tiempo, por lo que de la expresión "hora sexta" derivó la palabra "siesta".

La siesta es reparadora hasta el punto de aumentar el rendimiento laboral, descargar la ansiedad y desbloquear la mente, aunque conviene no prolongarla demasiado, ya que un excesivo descanso vespertino podría alterar el ciclo normal del sueño.Los especialistas recomiendan siestas de entre 10 y 20-30 minutos diarios y nunca más de 40. Sin embargo, ni siquiera llega al 10% de los españoles que tiene la oportunidad de disfrutar de ese ratito para combatir el sopor que nos invade a mediodía, frente al 22% de los alemanes o el 16% de los italianos.

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