viernes, 29 de enero de 2010

PROCESIONES DE SILENCIO


La procesionaria del pino es como vulgarmente se conoce a la oruga del Lepidóptero. Tiene la costumbre de desplazarse en fila, una detrás de la otra como en procesión, de ahí le viene el nombre, y constituye una de las principales plagas forestales de España.
Poseen un mecanismo de defensa curioso y eficaz para evitar depredadores; cada oruga dispone a lo largo de su cuerpo unos 500.000 “dardos envenenados” especialmente diseñados para clavarse. Estos tricomas se pueden clavar en la piel de la persona que toca la oruga y también en aquella persona que en presencia de viento, se aproxime a ellas o a su nido.
Los dos extremos de los tricomas son sumamente afilados, y una de las puntas tiene a su vez unas pequeñas púas colocadas de tal forma que una vez situadas en la víctima, con el movimiento de esta, se clava más profundamente, y dificulta su extracción ( al igual que la punta de un anzuelo). Al efecto del dardo en si, hay que sumarle el efecto del veneno sumamente molesto.
Se han descrito efectos nocivos para el hombre, principalmente cutáneos, oculares y bronquiales. Si la naturaleza hubiera dotado a estos bichitos de un tamaño semejante al nuestro, sería difícil enfrentarnos a un ejército tan poderoso.

1 comentario:

  1. Menos mal que la Naturaleza es sabia y no son de nuestro tamaño, pero están acabando con masas forestales enormes. Por cierto, vaya colorido que les has sacado a las orugas. La foto es genial.

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