jueves, 10 de julio de 2014

Tardes de tormenta




Praga es una ciudad llena de historia. En el siglo XX, este país vivió cinco regímenes. La población despertó con tanques enemigos en la plaza del pueblo, vieron como sus familiares fueron llevados por la Gestapo.


Dejaron todo y a todos los que habían conocido y amado, con la probabilidad de nunca volverlos a ver nuevamente. Aún viven un pasado que no ha dejado de resonar en el presente.

Posiblemente por esta razón los praguenses son un poco reservados. La gente desarrolló durante años una desconfianza, que puede ser comprendida por su pasado.


Allí encontré una exposición de dibujos realizados por niños judíos recluidos en campos de concentración nazis que mostró una vez más la miseria del ser humano. La llaman los dibujos que se salvaron de la muerte. Eran los niños de Terezin. 


Muy triste.

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