El azar, que siempre es caprichoso, quiso que una tarde de primavera tuviera la fortuna de encontrar entre la maleza de los prados de la Alquería, a estas tres ranitas simpáticas y dicharacheras que con un inusual desparpajo me invitaban a unirme a su fiesta. Agradecí su invitación y les hice una foto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
por favor deja tu comentario, se agradece